Corea del Sur es un país conocido por su compromiso con el reciclaje: y es que en 20 años ha conseguido pasar de reciclar un 5% de sus residuos alimentarios al 95%, reduciendo el desperdicio de hasta 20 millones de toneladas de alimentos. Esta medida tiene una gran importancia debido a que la tasa de desperdicio de alimentos de Corea del Sur figuraba como una de las más altas del mundo, entre otros motivos debido a los banchan (반찬), los platos acompañantes que se incluyen en cada comida y que a menudo se dejan sin terminar.
La política de eliminación de residuos requiere la separación de éstos según su clasificación: residuos de vertedero, orgánicos, residuos grandes y reciclables. Éstos, como papel, vidrio y plástico, deben de separarse también. En caso de infringir la política de separación de residuos se pueden imponer multas desde 100,000 won (aproximadamente 75 euros) a 1,000,000 won (aproximadamente 750 euros)
La tecnología también ha jugado un papel fundamental en el éxito de este plan. En Seúl hay hasta 6.000 contenedores automáticos equipados con básculas e identificación por radiofrecuencia que pesan los desechos de alimentos a medida que se depositan y cobran a los residentes mediante una tarjeta de identificación. Las máquinas de pago por reciclaje han reducido el desperdicio de alimentos en la ciudad en 47.000 toneladas en seis años. Se recomienda a los ciudadanos eliminar la humedad de los alimentos y los envases, ya que ésta conforma hasta un 80% de su peso y eliminarlo no solo reduce el precio del servicio sino que también ahorra a la ciudad millones en la recolección. Los residuos recogidos mediante el sistema de bolsas biodegradables se exprimen en la planta de procesamiento para eliminar la humedad, que se utiliza para crear biogás y bioaceite. Los desechos secos se convierten en fertilizantes que, a su vez, ayudan a impulsar el floreciente movimiento agrícola urbano del país.
La colaboración ciudadana y organización del país han hecho que actualmente Corea del Sur sea considerado el segundo país más eficiente en su sistema de reciclaje según la OCDE.